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miércoles, 11 de noviembre de 2009

El sacaleches: un amigo inseparable.

Desde los comienzos de este blog, me habéis preguntado por el uso del sacaleches. Ese artefacto aparatoso, cuyo uso al principio es complicado para muchas mamás, y que incluso da un poco de miedo, pero que para las madres que siguen una lactancia duradera y trabajan, se convierte muy pronto en su mejor amigo.

Para empezar me gustaría que supiérais que la técnica de extracción de la leche materna, se lleva a cabo de forma manual desde hace siglos.
Todavía en la consulta encuentro madres, sobretodo procedentes de países del este de europa, que manejan esta técnica a la perfección, y les es obviamente más económica que el sacaleches como tal, si bien al usar las manos para la extracción, corremos el riesgo de contaminar la leche antes de almacenarla.

Pero está bien conocer las bases de esta técnica, para momentos de urgencia, en los que no disponemos de sacaleches a mano, el bebé no está con nosotros, y tenemos intenso dolor por el acúmulo de leche. En estos momentos, os recomiendo que intentéis vaciar algo los pechos y desechéis la leche que salga (si no disponéis de medidas higiénicas adecuadas). Para esto deberéis estimular el pezón con movimientos rotatorios, como si girarais el botón de una radio, en ambas direcciones, y acto seguido tironead de él. Vais alternando estos movimientos, en ambiente relajado, hasta notar la eyección de la leche, y después debéis ayudar a la eyección con movimientos de masaje hacia el exterior. De esta manera aliviaréis el dolor en gran medida, hasta que os encontréis con el bebé, o dispongáis de un sacaleches para la extracción completa.

Pasando al uso del sacaleches, deciros que existen manuales y eléctricos, y que cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
Muchas mamás prefieren el eléctrico, ya que es más rápido al principio, pero puede suceder que no consiga vaciaros el pecho del todo, o que os produzca dolor en el pezón si sois sensibles a este respecto.
El manual, al inicio es algo más complicado de usar, pero al coger un poco de práctica, consigue vaciar la mama mejor, vosotras controláis la presión con lo que el dolor es mínimo (no más que el que produce el bebé al inicio), y nunca se le acaban las pilas ni necesita enchufe.

Tanto el manual como el eléctrico, son más eficientes si van conectados al recipiente definitivo, es decir, que la leche extraída del pecho va cayendo en un recipiente que luego servirá para almacenaje, y después como biberón. De esta manera se minimiza la manipulación y posible contaminación de la leche.

Para la conservación de la leche materna, los tiempos son variables, pero se suele aconsejar un máximo de 1-2 horas a temperatura ambiente (si no hace mucho calor), unas 24-36 horas en la nevera (al fondo, nunca en la puerta), o si no, podéis congelarla. Según el congelador que tengáis en casa, durará entre 3 y 6 meses, pero para uno de cajones tipo cofre puede durar hasta 6 meses. Os aconsejo que metáis los recipientes SIEMPRE CON LA FECHA y dentro de otro recipiente a parte, por ejemplo, podéis meter los botes o bolsas de leche en un tupper-ware cerrado y éste en un cajón del congelador. Así si abrís el cajón, no variará apenas la temperatura en el tupper.

NUNCA debéis mezclar tetadas. Es decir, si os sacáis leche un día y sólo conseguís 20cc, los congeláis así. Más tarde los podéis usar para hacer una papilla de cereal sin gluten al iniciar la alimentación complementaria, o si ya está con cereales podéis batir la fruta con estos "culines" de leche, y les gustará más. Si al descongelar, necesitáis varias bolsas para una toma completa, las juntáis en el momento de dársela, una vez caliente. Y recordad, la leche materna no se puede calentar en el microondas, sino al baño maría o en calientabiberones. De esta manera no se pierden las inmunoglobulinas de la leche (las "defensas").
Una vez descongelada la leche y caliente, lo que el bebé no se tome hay que desecharlo.

Y para el transporte, existen en el marcado múltiples bolsas isotérmicas, de forma que podéis sacaros la leche en el lugar de trabajo, mientras hacéis un descanso de 10 minutos, guardarla en la nevera, y transportarla a casa de forma segura. Una vez en casa ya la podéis congelar.
Un apunte: probad la leche siempre antes de dársela al bebé. Aún con todas las medidas de seguridad, podría agriarse. O si el bebé la rechaza, no insistáis. Deberéis desecharla.

En cuanto al momento ideal para la extracción, depende exclusivamente de vosotras.

Podéis sacaros leche cuando queráis, entre tetadas, o si el bebé por ejemplo, sólo toma un pecho pues os sacáis el otro. En este caso, la siguiente toma del bebé la iniciais poniéndole al pecho en el que usasteis el sacaleches (ya que nunca vacía tanto un sacaleches como el bebé).
No os preocupéis si os sacáis la leche, y a los pocos minutos el bebé os pide mamar. Le ponéis al pecho y punto. Puede que al principio se enfade un poco, porque el remanente de producción lenta se lo ha llevado el sacaleches (ver la entrada "Por qué tenemos dos pechos"), pero la leche se produce en el momento, durante la tetada, y enseguida el bebé se calmará y succionará con normalidad. Tened paciencia, e intentad relajaros siempre que el bebé se ponga nervioso en el pecho.
De todas formas, es mejor intentar no sacar la leche cuando falte poco (o así lo creáis) para la siguiente toma del bebé.

Antes de terminar, advertiros de un peligro. Hay mamás que no quieren dar el pecho en público por pudor, y que a su vez no quieren estar en casa encerradas, y prefieren salir a pasear y mantener una vida social activa. Esto es perfectamente respetable, pero debéis saber que es muy difícil que de esa manera se pueda mantener una lactancia duradera. Si al nacer el bebé, abusáis del sacaleches (sin darle tomas al bebé directamente del pecho, me refiero), como el sacaleches no vacía igual que el bebé, vuestro pecho no producirá toda la leche que vuestro hijo necesita, y podéis correr el riesgo de caer en los "refuerzos" de biberón, ya que se quedará con hambre, desembocando en la mayoría de los casos en el fracaso de la lactancia materna.
He conocido madres, que han conseguido dar leche materna a sus bebés, exclusivamente con sacaleches, durante algunos meses (y desde aquí las saludo con admiración, porque se merecen un gran elogio por ello), pero esto no es lo habitual, y aún así casi ninguna consigue después una lactancia duradera.

Es decir, el bebé (sobretodo el primer mes), debe mamar de su madre, y a demanda, y si os sacáis la leche entre tomas, fenomenal, ¡¡pero para usarla más adelante!!. Existen muchos trucos para dar de mamar en lugares públicos sin pudor (por ejemplo usando una toquilla sobre el hombro, y dando al bebé el pecho debajo de ésta), y por fortuna, muchos sitios disponen ya de salas de lactancia donde podéis ir a un apartado privado y dar de mamar.

No dudéis en preguntar, estéis donde estéis por la sala de lactancia. Y si no disponen de ella, solicitadla por escrito. El bebé tiene derecho a mamar de su madre, de forma exclusiva, hasta los 6 meses de edad. Así que luchemos por sus derechos.