"Nos ponen a nuestro bebé en el regazo, y sientes una oleada de ternura que te inunda de pies a cabeza. Esa cosita pequeña empieza a buscar de forma instintiva, y al encontrarse con un pezón comienza a succionar. Ahí empieza todo."
Cuando una mujer da a luz, suele tener claro que es importante poner al bebé al pecho cuanto antes, y suele tener claro que tardará unos días en sentir los pechos llenos de leche.
Sin embargo me encuentro con mujeres llenas de dudas, en cuanto a todos los demás aspectos de los primeros días.
Suelen preguntarme por ejemplo, "¿cada cuánto me tengo que poner el bebé al pecho?", o "¿cuánto tiempo tengo que dejarle mamar?", o "¿cómo sé que está comiendo bien?".
Pues bien, estas preguntas tienen fácil respuesta: ponte el bebé al pecho, siempre que lo pida, y todo el tiempo que el bebé necesite. Esta es la Regla de Oro de la Lactancia Materna. Y no hay otra.
Debo citar con cariño aquí, al Dr. Luis Ruiz, pediatra de prestigio al que conocí en el Valle de Arán, el cual nos comentaba durante unas charlas sobre lactancia materna: "El pecho de la mujer, es la mejor cuenta bancaria que existe, porque cuanto más sacas, más hay, y además nunca se acaba".
Y no hay en mi opinión nada más cierto.
Aunque no sería justo seguir con este blog, sin deciros que la persona a la que le debo todo con respecto a mi excelente experiencia personal, y con respecto a mi inquietud profesional en relación con la lactancia, es mi primera matrona, Sara, mujer sabia, que me enseñó todo lo que necesitaba saber en los primeros momentos, y me apoyó día tras día al dar a luz a mi primera hija. Gracias Sara.
Pensad una cosa, el pecho de la mamá y el bebé están conectados, de manera que el pecho producirá la cantidad de leche que el bebé necesite, pero para eso debemos dejarle mamar a su aire. Debemos dejar que el bebé se sacie al pecho, se suelte por si mismo, sin horarios y sin prisas.
Y no debéis preocuparos en exceso por el peso del bebé, actualmente se acepta que el mejor marcador de una lactancia correcta, no es tanto el peso que gane el bebé, sino la cantidad de orina y heces que produzca vuestro hijo. Si el bebé moja los pañales de forma abundante, y realiza deposiciones con normalidad, es que está comiendo bien.
Hablaremos otro día de la postura, de cómo sube la dosis de pecho el bebé, hablaremos de muchas cosas... Pero para todas aquellas que os encontrais en los primeros días, OLVIDAOS del reloj. OLVIDAOS de la casa y las visitas, poned a vuestro bebé al pecho cada vez que lo pida, y disfrutad de esos momentos.
Los comienzos nunca son fáciles, nadie nos ha enseñado en la escuela cómo dar de mamar, pero podemos aprender, de nuestras madres si ellas dieron el pecho, de nuestras hermanas o amigas, de nuestras matronas... En resumen, aprendamos unas de otras, como se hacía hace años. Y no tengáis miedo de preguntar. A veces una duda que nos parece muy grave, se resuelve con una respuesta muy sencilla. Y así podemos seguir adelante con esta maravillosa aventura.
Cuando una mujer da a luz, suele tener claro que es importante poner al bebé al pecho cuanto antes, y suele tener claro que tardará unos días en sentir los pechos llenos de leche.
Sin embargo me encuentro con mujeres llenas de dudas, en cuanto a todos los demás aspectos de los primeros días.
Suelen preguntarme por ejemplo, "¿cada cuánto me tengo que poner el bebé al pecho?", o "¿cuánto tiempo tengo que dejarle mamar?", o "¿cómo sé que está comiendo bien?".
Pues bien, estas preguntas tienen fácil respuesta: ponte el bebé al pecho, siempre que lo pida, y todo el tiempo que el bebé necesite. Esta es la Regla de Oro de la Lactancia Materna. Y no hay otra.
Debo citar con cariño aquí, al Dr. Luis Ruiz, pediatra de prestigio al que conocí en el Valle de Arán, el cual nos comentaba durante unas charlas sobre lactancia materna: "El pecho de la mujer, es la mejor cuenta bancaria que existe, porque cuanto más sacas, más hay, y además nunca se acaba".
Y no hay en mi opinión nada más cierto.
Aunque no sería justo seguir con este blog, sin deciros que la persona a la que le debo todo con respecto a mi excelente experiencia personal, y con respecto a mi inquietud profesional en relación con la lactancia, es mi primera matrona, Sara, mujer sabia, que me enseñó todo lo que necesitaba saber en los primeros momentos, y me apoyó día tras día al dar a luz a mi primera hija. Gracias Sara.
Pensad una cosa, el pecho de la mamá y el bebé están conectados, de manera que el pecho producirá la cantidad de leche que el bebé necesite, pero para eso debemos dejarle mamar a su aire. Debemos dejar que el bebé se sacie al pecho, se suelte por si mismo, sin horarios y sin prisas.
Y no debéis preocuparos en exceso por el peso del bebé, actualmente se acepta que el mejor marcador de una lactancia correcta, no es tanto el peso que gane el bebé, sino la cantidad de orina y heces que produzca vuestro hijo. Si el bebé moja los pañales de forma abundante, y realiza deposiciones con normalidad, es que está comiendo bien.
Hablaremos otro día de la postura, de cómo sube la dosis de pecho el bebé, hablaremos de muchas cosas... Pero para todas aquellas que os encontrais en los primeros días, OLVIDAOS del reloj. OLVIDAOS de la casa y las visitas, poned a vuestro bebé al pecho cada vez que lo pida, y disfrutad de esos momentos.
Los comienzos nunca son fáciles, nadie nos ha enseñado en la escuela cómo dar de mamar, pero podemos aprender, de nuestras madres si ellas dieron el pecho, de nuestras hermanas o amigas, de nuestras matronas... En resumen, aprendamos unas de otras, como se hacía hace años. Y no tengáis miedo de preguntar. A veces una duda que nos parece muy grave, se resuelve con una respuesta muy sencilla. Y así podemos seguir adelante con esta maravillosa aventura.